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Casa de Karen, calle Angel Haziel,

fraccionamiento El Arcángel 2

Fecha: 05/12/2013

Hora: 17:53

Temperatura: 26°

Nombre: Karen Yael Rueda Ríos

Edad: 32 años

Ocupación: Psicóloga Social (desempleada)

 

 

La privada del fraccionamiento donde vivo generalmente es tranquila en cuanto a que al frente no tengo vecin@s, hay sembradíos y eso lo hace relativamente tranquila en cuanto a sonidos, sin embargo, algo que puedo perfectamente reconocer es que como vivimos en triple duplex los departamentos están muy próximos y tienen la característica de que "todo se escucha", ¡literal! Sin querer registro los gritos y regaños de la vecina de al lado a su hija, la voz grave y profunda de su esposo. Soy especialmente consciente por eso de la violencia verbal que ejerce mediante órdenes y humillaciones una vecina que vive abajo cuya voz es muy desagradable, abajo de ella vive otro vecino que tiene unos gustos musicales bastante variados y extraños que le da por escuchar a todo volumen a diferentes horas del día y normalmente los domingos por la mañana (como cumbias en otros idiomas). Alguna vez me ha tocado escuchar gritos y gemidos sexuales. Otras pocas veces una guitarra eléctrica. Gritos y juegos de niñ@s, aullidos y ladridos de perros. Las llamadas a nextel de la vecina, sus risas, cantos, la televisión a todo volumen de otros depas, sus lavadoras, los carros que llegan a estacionarse o se van, algunos con música muy alta, bostezos, toses, taconeos, cuando le bajan al baño. Pero también percibo los trinos de parvadas de pájaros, he llegado a escuchar gallos, trenes, cohetes, la cancioncita del camión del gas, el claxon del agua purificada, partidos de fut llanero por el silbatazo y los festejos de gol. Cuando salgo de la privada no percibo tantos sonidos, acaso de los perros que llevan a jugar al parquecito, l@s niñ@s que juegan allí, muy de vez en cuando música a volumen alto. Al salir del fraccionamiento inmediatamente identifico los vehículos de la prolongación del Boulevard Bernardo Quintana. He estado trabajando en escuelas preparatorias por lo que conozco también los sonidos, especialmente de l@s adolescentes entre clases o a la hora del receso, de las canchas y las cafeterías, incluso cuando están en clases o a la hora de la salida fuera de los planteles. Hay muchas risas estridentes, celulares con música de moda, cotorreo, jugueteo, gritos modulados de mujeres, lenguaje soez, burlas o carrilla o voces autoritarias de maestr@s que levantan la voz para imponer orden.

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